Vivir en el exterior es una experiencia inigualable, donde creces y aprendes cada día, donde conoces personas de todas las culturas y aprendes a valorar tus raíces y aceptar la diversidad, donde te maravillas con paisajes bonitos o momentos que llenan tu vida de tranquilidad y felicidad; sin embargo, no todo es color de rosa, simplemente estamos viviendo en otro lugar y al igual que para todos, la vida no es perfecta y no faltan los problemas, angustias y esos días o momentos de nostalgia que estoy segura todos los emigrantes vivimos en algún momento y hacen parte constante de nuestros viajes.… Seguir Leyendo